El Dogo Alemán es, sin duda, una raza muy especial. Su físico es una mezcla perfecta de fuerza y elegancia, armonía y belleza, un majestuoso gigante que conquista desde el primer momento, con su mirada expresiva y noble. Un perro ágil y poderoso, a pesar de su gran tamaño. Con una pureza de líneas que lo convierten en una verdadera obra de arte.
Y lo mejor de todo..., su carácter. Es un perro tranquilo y equilibrado, muy cariñoso, extremadamente noble, muy apegado a la familia, sobre todo a su amo, que él mismo se encarga de elegir. Es desconfiado con los extraños, y un excelente guardián de su casa y de las personas que ama, especialmente los niños, a los que trata con delicadeza y paciencia. Sabe adaptarse a cualquier situación, y es capaz de vivir en cualquier lugar con tal de tener contacto directo y diario con sus dueños, a los que ama sin reservas. Le encanta viajar, pues ello supone tener nuestra compañía a tiempo total.
Un perro ideal para vivir en familia, un compañero fiel que no nos defraudará nunca. Acostumbro a decir que un Dogo Alemán es más que un perro, es un compañero inseparable, ese amigo que nunca te falla, inteligente, siempre dispuesto a agradar, y con una nobleza que te dejará huella.